Carta de fin de año (2009) para los lectores del blog . . .

A veces no se si estos tiempos son de comunicación porque cada vez estamos mas incomunicados. A veces siento que el hombre es tan grandioso y otras quiero morir por sus actitudes, o por las mías. Creo, como la propaganda (debe haber tantas), que existen siempre cosas buenas, gente que todavía es de oro. Estamos tan ciegos, que hasta uno se puede descuidar de tener a una persona excepcional viviendo en la otra cuadra de tu casa. Hay tanto por hacer, hay tanto por descubrir, hay tanto por soñar. Hay una frase que me encanta, dice: todos los límites están en tu mente. Y hay otra de una película que me fascina y cuenta: “algunos nacen para sentarse junto a un río; a algunos les cae un rayo, algunos tienen oído para la música. Algunos son artista, algunos nadan, algunos entiende de protones, algunos sabes de shakespeare. Algunas son madres y otros bailan. . . (De la película El extraño caso de Benjamín Buttom) No se cual sea mi misión por que estoy preocupado por vivir el ahora, ¿Por qué nos preocupamos por el futuro y no por el presente? Seamos espontáneos, enfrentemos a la soledad con solo invitarla a tomar un mate en nuestro interior, rescatemos las miles de botellas que quedaron enterradas en la arena quien sabe de donde vengan, quien sabe quien será el solitario que las haya enviado. Se puede hacer tanto con tan poco. A veces pienso que pienso demasiado y eso no es copado. Hay que sentir mas y usar la regla del 80 ,20 que por supuesto no se las pienso contar. Una vez en el mes hace algo que tengas muchas ganas de hacer hace tiempo, estamos perdiendo el alimentarse a uno mismo. ¿Por qué dejar de soñar? Se que este blog no lo lee ni el loro por que así lo pienso, tal vez tendría que cambiar mis pensamientos. Es tan fácil hablar, pero difícil actuar. Favaloro fue un tipo que actuó y antes de su muerte escribió esta carta:
Favaloro se despidió derrotado: "Es indudable que ser honesto en nuestra sociedad corrupta tiene un precio. A la larga o a la corta te la hacen pagar".

Favaloro, unos dias antes de morir, le manda una carta al presidente del diario Nacion, con fines personales. Hoy esta carta es revelada al publico, y dice mas o menos asi:

".. como se me trata en el mundo en contraste con lo que sucede en mi país. Me refiero a aquellos vinculados al quehacer médico. La mayoría de las veces un empleado de muy baja categoría de una obra social gubernamental ni contesta mis llamados."
"En este último tiempo me he transformado en un mendigo. Mi tarea es llamar, llamar y golpear puertas para recaudar algún dinero que nos permita seguir con nuestra tarea."
Solo quiero decir que el final se acerca de a poco. No es para que te asustes, pero todo esta consumado, y siento que estoy solo en esta sociedad, realmente, de mierda." Con mucho afecto, Rene Favaloro. Realmente un grande. No dejemos opacarnos, por que hay sueños que seguir cumpliendo, vidas que dependen de nosotros. Solo les deseo a los futuros lectores de este blog éxito, mucho éxito, que hoy solo son fantasmas pero que lo se fielmente, que en un futuro volverán a bajar a las aguas , a este rincón acuático y se preguntarán quien es Lautaro, que hace este chico y tal vez se sorprendan o tal vez no, ojala descubran lo que tengo para decirles. A los futuros lectores míos o de simples botellas perdidas en la arena les deseo éxito y que en el nuevo año que comienza, que dediquen un solo mes para ocuparse de ellos mismos. Muchas gracias por ser parte de este año dos mil nueve. Este año aprendí a que tenemos que sorprendernos un poco más de las cosas sencillas, las fundamentales. Aprendí que hay que abrir los ojos y mirar en la otra cuadra, por que el universo puede conspirar para ponerte en tu camino a una persona espectacular, o a varias, a solo 10 cuadras. Abrir los ojos y bajar de la nube de sueños, por que los sueños son realidades escondidas que debemos destrabar con nuestra mente. Los quiero mucho, a todos los que me permitieron crecer como el intento de artista que deseo ser. Gracias y feliz año! Seamos felices, seamos espontáneos. . . Lautaro Ferrari