28 de junio de 2010

Brisa nocturna

Campo estrellas noche azul oscuro luz de luna pastizales . Recostado en el cielo o en el suelo yacía un cuerpo pintado por rayos blancos de energía lunar. Un cuerpo que a distancia simulaba ser un caballo pero que parecía más al de una mujer muerta...

Desperté de un ensueño, miré alrededor, no entendí nada. En mi mano, un bello elemento de colección filoso y en el vértice del mismo una gota gorda de sangre. Sangre filosa de una noche de verano durmiendo bajo el aroma de un amor y de un crimen que deboró el silencio de los mortales.
Me sentí un demonio, entonces acudí a pedir piedad a la Madre de la tierra, ama señora de las 28 lunas, de las flores, los pájaron y los animales. Entonces me lo clave en el pecho y la sangre se hizo carmín. Esa noche, una brisa que el verano traía hacía esos maizales, se llevó la historia, la voz de mis silencios y la Madre de la tierra se tragó todo sin dejar rastro alguno, dejádome despojarme de mi carma para con mi amada y el mundo entero después de muerto...

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